Nace el Miño en Fuente Miña o Fonmiñá- que decimos los gallegos. Pero su verdadero origen es aún misterio, ya que aquí fuente, si no laguna que refleja un bello paraje de prolijo tapiz vegetal donde se respira la atmósfera húmeda de la típica gándara gallega.

Fonmiñá , en A Pastoriza , el siempre aprendido nacimiento del padre de los ríos gallegos, el río Miño. En Fonmiñá aún es adolescente, le queda mucho por crecer, por viajar y por ver. Este es hasta hace poco el único kilómetro cero reconocido al Miño . Una pequeña laguna de 3500 metros cuadrados rodeada de alisos y abedules, y un manantial de agua mineral.

Multitud de excursionistas visitan el mayor brote de agua natural de Galicia. Bien. Hasta aquí la historia oficial, la más conocida, el Miño nace, brota, en Fonmiñá. ¿Y si la laguna de Fonmiñá fuese tan sólo un afloramiento de su caudal, una sugerencia cárstica, si hay que ponerse científico?. Y si el Miño en Fonmiñá ya hubiese recorrido 6 kilómetros?. ¿Y si naciese en O Pedregal de Irimia en el vecino ayuntamiento de Meira?.

Es un despertar al mundo más tumultuoso y salvaje sin duda. Hay una leyenda de resonancias bíblicas según la cual se convirtieron en piedras los hombres de una raza maldita y pecadora que esperaba un renacimiento con la purificación de las aguas juveniles.

Hay un dato irrebatible: el recorrido de nuestro gran río es Reserva de la Biosfera , y la visita a su nacimiento y su curso, bien puede pararse un poco en algunos de los encantos de sus dos posibles padres: Meira, y A Pastoriza. En ambos el agua es fundamental porque de sus sierras parten otros ríos y regatos.

En A Pastoriza el paisaje es de transición entre la montaña y la chaira lucense. Su gran contribución artística va más allá en el tiempo que el cenobio románico de Meira. La parroquia de Bretoña es en sí un homenaje a los castros celtas , y la posterior herencia germana.